sábado, 25 de septiembre de 2010

Y esperemos que eso nunca lo llegue a saber.

 En el exacto momento en el que te abres a alguien y le dices lo que significa para ti, las cosas que te son necesarias para sobrevivir, en ese preciso momento tendra la capacidad para hacerte daño. Serás vulnerable para él. Y tendrá en su mano la capacidad para destruirte, para destruir lo que has sido, lo que eres o  lo que nunca llegaras a ser. Te podrá levantar para luego tirarte contra el suelo y pisotearte. Podrá cortarte las alas que todavía no han llegado a crecer. Podrá hacer absolutamente todo lo que quiera, porque te tiene. Eres suya.

Pero en algún momento eso cambiara, o por lo menos eso esperas con ansiedad, esperas ese momento en el que podrás decir lo que sientes a la persona adecuada, sin miedo, confiando plenamente, sin pensar en el  lo que pasara. Pero hasta ese instante lo único que queda es esperar, solo esperar…



jueves, 16 de septiembre de 2010

Porque ella siempre le tuvo alergia al viento.

¿Conocéis la sensación de haber desperdiciado una oportunidad que te ha dado el destino? Así se siente ella. 
Su conciencia grita tan alto que es incapaz de saber lo que me recrimina exactamente. El no haber hecho nada o el haber hecho demasiado.
Todo parte de un recuerdo. Cuando le viene a la cabeza, y tengo que decir que le viene muy a menudo, lo único que puede hacer es intentar que pase lo más rápido posible. Grita, patalea, se tapa los odios sabiendo que no conseguira nada. Y luego el recuerdo pasa, como una estrella fugaz dejando estragos a su paso.  Lo que ella intenta es que el recuerdo pase de manera completamente superficial, rozando su esencia, sin darle demasiadas vueltas. Consiguiendo estar preparada para cuando vuelva. Porque volvera, una y otra vez.



viernes, 10 de septiembre de 2010

Never say maybe.

-¿Qué haces?
-Intento ser como tú. Pero no me sale.
-¿Y porque te miras en un espejo?- él se calló un momento y siguió dirigiendo su mirada hacia el espejo.
-Dime, ¿Cómo lo haces tú?
-Pero, ¿Cómo hago que?
-Mentirte a ti misma.
- Yo no hago eso.
- Claro que si. Si no porque no reconoces que me quieres.
- Porque no te quiero.
El se encogió de hombros y se levanto.
- Pero eso eres tú la única que se lo cree.


martes, 7 de septiembre de 2010

Es como lanzarse a un mar furioso y salir ileso.

Y que pasaria si te digo que soy una engreída, que entro en un bar y pienso que todo el mundo me mira, que me giro al espejo cada dos por tres, y que sigo pensando que me echas de menos cada vez que no hablas conmigo. Si te digo que me paso de lista y voy alardeando de cosas que no debería. Que mi orgullo tapa todo lo demás, por muy importante que sea. Si te digo que soy tan presumida, que sale el sol y pienso que mi pelo se verá más bonito debajo y que mis ojos se harán más resplandecientes, o que me compro una piruleta solo por ir mordisqueándola. Que soy tan descarada que voy por la calle y miro a cualquiera a los ojos hasta que desvíe la mirada. Si te digo que vivo del aire, de las ilusiones, que alardeo de que voy a llegar a todo y en realidad no estoy luchando por nada. Si te digo que mis enfados son largos y que, para llamar la atención, grito y pataleo hasta hartar a la otra persona .Que no soy nada de escrupulosa al mentir. Que soy tan exigente que pongo a la gente en un pedestal tan alto que es imposible que no caigan al suelo y encima, les hecho la culpa. Que soy una borde cuando quiero, que me gusta vacilar demasiado y que hago desesperar a cualquiera. Que en los días lluviosos, es mejor no molestarme. Si te digo que soy una maniática de que se haga lo que yo quiera y que no pienso lo que digo. Que odio las consecuencias y la responsabilidad. Que me gustaría tener controlado a todo el mundo e intento manipular lo que no me gusta. Si te digo que puedo seguir esta lista hasta el fin del mundo.. 

domingo, 5 de septiembre de 2010

Nunca sabras como me siento si no me preguntas.




Quiero sentir un escalofrió por mi columna vertebral. Quiero que mi cabeza lata al ritmo acelerado de mi corazón. Quiero pensar que no voy a vivir para contarlo y que no va a ver un mañana. Quiero decir “no he hecho nada” tantas veces que las palabras pierdan su significado. Quiero vivir cerca del mar y nadar con tiburones. Quiero dejar de sentir los pies por andar sobre el asfalto.
 

jueves, 2 de septiembre de 2010

¿Que es exactamente lo que quieres de mi?


Y lo único que quieres es llorar. Llorar y que te vea. Devolverle un poquito el daño que te ha hecho. Que se sienta culpables, causarle arrepentimiento. Que consiga pensar ¿y si me equivoque? ¿y si lo hice mal? Preguntas que se harán al aire y este, como siempre, te responderá con un profundo silencio. Un silencio que te inunda y te impide respirar. Que consigue que te tapes los oídos, te eches al suelo y patalees. Pero no. Nada. Ni siquiera se da cuenta de que lloras. O igual si y no le importa. En realidad me pregunto si le importa algo.